Someten a votación reformas controvertidas en Francia

París, 17 feb (PL) Después de tres semanas de debates, la Asamblea Nacional francesa somete hoy a votación un proyecto gubernamental que provoca críticas de diferentes sectores de la sociedad.
Unas 120 horas de discusiones y cerca de tres mil enmiendas han sido dedicadas para tratar de edulcorar esa iniciativa que, según están convencidos sus detractores, sólo provocará perjuicios económicos.
Diputados, sindicalistas, intelectuales y líderes de organizaciones sociales firmaron en días recientes un llamamiento para que la denominada Ley Macron, por el apellido del ministro de Economía (Emmanuel Macron), no sea votada, sino retirada.
Entre sus aspectos más controvertidos figura la ampliación de cinco a 12 del número de domingos laborales al año en el país, con la aparente intención de favorecer a los grandes centros comerciales y otros establecimientos. Los salarios durante esos días no serán regulados por el gobierno, sino sometidos a negociaciones directas en cada una de las empresas concernidas.
De acuerdo con el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Pierre Laurent, esta medida deja desvalidos a los trabajadores frente a los patronos y, de hecho, pone fin a la jornada semanal de 35 horas, una conquista laboral histórica.
Relacionado dicho aspecto, la Asamblea votó en una de las sesiones un texto para crear zonas turísticas, en las cuales los comercios podrían abrir domingos y días laborables hasta tarde.
Una enmienda de varios miembros del gubernamental Partido Socialista (PS), para delegar en los alcaldes la facultad de establecer estas zonas, fue rechazada. Este principio era importante para la Alcaldía de París, pero Macron estimó que las zonas son «importantes para la actividad y para el crecimiento de Francia».
A juicio de la alcaldesa de la urbe, Anne Hidalgo, se trata de una «intromisión del estado en el poder del ejecutivo local» en nombre de la extensión del turismo.
Sindicatos de trabajadores opinan que el proyecto en general sólo aumentaría la precarización del empleo en beneficio de las empresas. El proyecto significaría más libertad para la patronal y menos derechos para los trabajadores, afirman.
También argumentan que no generará puestos ni aportará respuesta alguna al aumento de la desocupación, a la disminución del poder adquisitivo o al crecimiento de las desigualdades, sino que agravará la crisis.
A varios meses de su entrada en el escenario político francés, los sensores estarán especialmente activados este martes durante y después de una votación que tendrá lugar una semana después de lo previsto inicialmente.

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